cuando sea grande, o inteligente, o tal vez nunca, voy a escribir una suerte de ensayo sobre cómo las galletitas son reflejo, analogía, o algo así, de la sociedad.
fijate por ejemplo: si sos viejo como yo, seguro te acordás que cuanod eras chicco las galletitas se podían comprar sueltas. un tipo, el almacenero, tenía unas latas, y vos pedías las que querías, cuanto querías, podías elegir, ¿te das cuenta?
podías elegir de cuáles, podías verlas, podías elegir qué cantidad, podías mezclarlas en una sola bolsa, podías ver que no estuvieran rotas, podías, incluso, pedirle al tipo que te diera una para probarlas, si eran unas nuevas que no conocías. ahora no podés nada. el paquete viene cerrado, no podés verlas, no podés elgirlas, para saber si están rotas tenés que manosearlas todas, y aun así, tener suerte, comprás la cantidad que quieren ellos, y no podés probarlas, obvio. eran galletitas sueltas, así se decía, sueltas. ahora no están más sueltas, están apresadas en un paquete
así que mirá cómo cambió la cosa en 25 años...
(ya sé que alguno va a venir a decirme que en algunas provincias todavía se consiguen, o que en las panaderías el concepto todavía aplicaría, o que todavía hay cosas que se pueden comprar sueltas, o que; pero yo no quería hacer un estudio de mercado, sino un ensayo sobre cómo se puede analizar a la sociedad a través de las galletitas, ¿'tamo?)