sonreí

ya de chiquitos nos enseñan cómo es el mundo, cómo hay que ser y hacer, aunque no nos demos cuenta. 
primero, los nenes no saben ni qué es una cámara, ni qué es una foto, ni cómo se hace ni para qué sirve, ni anda. pero los adultos, cuando le quieren sacar una foto al nene, le piden que sonría. sonreí, decí chis, decís guiski, esas tonterías. si es un bebé lo sacuden, lo zamarrean, le muestran giladas; si es un poco más grande, directamente le dan la instrucción: sonreí.
claro, nadie quiere ver caras largas, o enojadas, o de nada (salvo, por supuesto, que puedan ser graciosas). sonreí. y ahí está, aprendelo para la vida. sonreí.
si te va mal, si tenés un mal día, si tu mujer se acuesta con el encargado y vuelve a casa con olor a limpiabronces, si querrías prender fuego la ciudad, y alguien te pregunta cómo estás, decía que bien, y sonreí. porque a nadie le gustan las caras largas. porque la gente va por la vida no viendo gente, o relacionándose con, sino mirando fotos. la vida es una gran foto. y si querés salir bien, sonreí.