una moneda


siempre me pareció tristemente interesante el asunto de las limosnas; no del pedir dinero, sino del dar dinero. el pedir no me parece raro, yo mismo pedí dinero en la calle más de una vez. lo pedía con respeto y amabilidad, pero a los efectos eso no importa mucho. tampoco creo que esperara que me dieran, pero a su vez sabía que, estadísticamente, algunos iban a darme. después de todo, sólo queríamos lo necesario para tomar una cerveza o una coca, o comer un chanduis. cuando conseguíamos lo que necesitábamos, parábamos. también lo hicimos algunas veces para pagar partes de entradas de recitales (en las épocas de lugares como cemento, en donde una vez que había empezado el recital podías entrar por lo que tuvieras, casi). en un momento incluso barajamos la posibilidad de limpiar vidrios (algo relativamente nuevo para la época), pero no recuerdo por qué el asunto quedó descartado.
pero el punto es la cuestión de dar o no dar cuando nos piden. 

a mí me interesa el dar más que el pedir, y más el no dar que el dar. cualquiera puede querer o necesitar plata, y con eso alcanza para pedirla. 
dar plata puede parecer un poco más complicado, pero en realidad no lo es. la mayoría de los que dan, me parece a mí, lo hacen por culpa, o porque es lo correcto, o porque quieren ir al cielo, o porque no quieren sentirse unos mierdas, o ese tipo de cosas. algunos, seguro, darán de corazón, de buenos tipos que son, nomás. otros darán por otras razones, pero en líneas generales, dar dinero, al menos en mínimas cantidades, es fácil. 
en todo caso, digamos que si le preguntás a alguien por qué da, o dio, te va a dar una respuesta, seguramente rápida, y que te logre convencer en algún sentido, aunque no la compartas.
a mí me interesa por qué no dar. porque si vos le preguntás a uno que no da o dio el por qué, probablemente no tenga ninguna buena respuesta. 
porque no tengo es una estupidez, sin más; andá a laburar es una respuesta vacía (y de facho); porque yo no mantengo vagos, lo mismo (y todas las que caigan en esa categoría). seguramente habrá otras que no se me ocurran (puede que alguna de esas sí sea buena, claro), y algunos, los más honestos, hasta dirán no sé. pero tampoco es una buena respuesta.
yo mismo no sé, y no es una buena respuesta, y me gustaría saber.
tengo o tenía una posible respuesta, pero es una mierda. sería algo así como decir que no tengo criterio para decidir a quién le doy y a quién no, y que si no puedo decidir, y quiero ser justo, tengo que adoptar el mismo criterio para todos. o les doy a todos, o a ninguno. así las cosas, a ninguno. el argumento tiene pilares sólidos, pero es una bola de mierda, en realidad. 
no sé por qué no les doy plata cuando me piden. puede que tal vez sólo quiera sacárme al pobre de encima, porque no quiera verlo, enfrentar su miseria, que es la mía, no sé. capaz es de avaro, o idiota, o no sé. hasta ahora no he escuchado ninguna respuesta que me parezca buena, ni siquiera de mí mismo...