me enferman los docentes que viven vvictimizándose y creyendo que el mundo gira porque ellos sufren para ello. y son muchos, créanlo.
como docente escucho a muchos docentes, y leo muchos docentes en fb, y estudié muchos años, tanto en el profesorado, como en el iser, como en la uba, y hay varios.
señores, es una gran profesión, sin dudas; como también lo es cualquier otra, porque el mundo necesita de todos nosotros, de los unos y los otros, y afortunadamente, no todos elegimos lo mismo, y cada uno hace lo que quiere, y todas las profesiones son importantes, complicadas, tienen lo suyo.
van a decir que lo que hacen, que el futuro, la cultura, la educación; y yo estoy de acuerdo con todo eso, pero también sé que hay médicos y bomberos, y no andan haciendo tanta alharaca todo el tiempo. también hay miles de personas todo el tiempo haciendo cosas geniales, y no por eso se quejan, ni siqueira, en muchos casos, salen a decirlo.
y finalmente, si quieren que si profesión se respete, comprendan que son como los demás, ni menos, es obvio, pero tampoco más. hacemos esto porque nos gusta, y si no te gusta, más vale hacé otra cosa; y quejate de lo que esté mal, pero sin victimizarte, sin creer que sos genial y que un abogado no entiende de qué se trata lo tuyo porque vos blablabla. es un trabajo, como cualquier otro; una profesión, como cualquier otra. o como la mayoría, al menos.
ese espíritu de abnegación por sobre todo, que siguen propiciando, es el que permite que haya miles de docentes sin formación, sin título: no se valora el conocimiento, la formación académica, la seriedad, se valora la abengación, la capacidad de tolerar, o de ser buenos, o de poder bancarse a determinado grupo, o de ser buenos o simpáticos. eso está muy bien, pero hay que estar formado, ser profesional, hacer las cosas seriamente, y darle a las cosas la dimensión que tienen. no más, no menos.