si te ponés a pensar, más que seguro que estuviste en una situación en la que te podías haber muerto. no siempre es una situación tremendamente jodida, a veces ni siquiera te das cuenta en el momento, pero después lo pensás y te das cuenta.
son esos momentos los que hay que atesorar, para comprender que, más allá de la cursilería de que cada segundo vale, y esas cosas, lo que viviste después de ahí puede haber sido regalado.
también ayuda pensar que tal vez dios, o la vida, la naturaleza, alá, o quién o qué carajo sea en lo que vos creas, eligió en ese momento que no te vayas porque tenías algo más importante que hacer todavía. entonces, dejá de pelotudear, y hacelo, a ver si todavía te salvaron al pedo...